Amable público pasajero

Permítanme presentarles este breve acto de magia
un poco para hacerles llevadero el trayecto
otro poco para hacerme de algunas monedas
de manera honesta; haré un acto de prestidigitación llamado:

Tengo en mis manos un libro
Como pueden ustedes ver
al abanicarlo [–de izquierda a derecha
con el pulgar en la parte superior–]
verán, sólo son páginas en blanco, despobladas, vacías, nada
Pero basta el soplo de alguien ¿usted?
un poco de pensamientos de aquí y de allá
preocupaciones, esperanza de usted, deseo
enojo, desinterés, empatía
emociones que guardan y comparten en silencio
a través de los ojos. Miren ahora, el libro se ha nutrido de versos
Les abanico de nuevo [–derecha a izquierda
el pulgar en la parte inferior–]
Aparecen versos, sabemos, son versos, debe ser poesía
por la zigzagueante e irregular cantidad de palabras por línea
unas largas
otras menos
No alcanzan a distinguir qué dice
Describo, para mayor comodidad: hay imágenes, sonidos. Basta un soplo
ahora de mi parte ¿Qué pasa?
los versos desaparecen

Nada

Queda el libro en blanco

Nada

Volvemos al vacío

¿Cómo lo hago?
Un mago jamás revela sus secretos

Los poetas tampoco debería- mos

Muchas gracias
Muchas gracias
Muchas gracias


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