En aquellos días vivía
Una tormenta que hería,
Que me llevo a conocer,
El delicioso placer,
Del sol que me alumbraría,
Con él llegue a saborear,
Un delicioso manjar,
De dos amantes que gozan,
Y en las estrellas retozan.
Por su amor pude brillar,
Con sus valientes esmeros,
Volver a cantar boleros,
Cocinó su buen amor,
Lo recibí con honor.
Que mágicos compañeros
Éramos sal y pimienta,
Mi barco en esa tormenta
Hoy te recuerdo y sonrió
Al navegar este rio
De agua dulce que alimenta.