Yo siempre supe que tú no tenías 50 años.
Tienes 500 años escondidos allí abajo.
Tú alma vintage en tu cuerpo hermoso.
Ayer se me revelaron todos tus siglos.
Hice clic en tu botón de flor como un estridentista ocurrente.
A borbotones emergieron todas las flores que te guardan, pétalo y aire, allá abajo.
¡Esto no se acaba nunca!
Siglos y más siglos se me vinieron encima, arrolladora tú.
Transeúnte sin tiempo.
¡Hueco mío!
Tú no tienes tiempo ni hora, eres puro espacio.
Tú no tienes tiempo, bendita seas ¡maldita! Sin tiempo.
Bien sabes de lo que hablo.
Solo tú lo sabes todo.
Tú no tienes 50 años, lo sé, lo sabes, lo sabemos.
¡Aquí, lo niego todo!