A Virginia Valdominos en su 44 cumpleaños.
Eres la audacia más joven de mi alegría.
Te veo bailar y es tu cuerpo que convoca de lado a lado, la constancia del aliento necesario.
Aire dispuesto para los vivos, laborioso vaivén tallado en el pórtico del amor.
Vamos redundando en el viejo océano
lo que la matriz olea, el origen del futuro,
gloriosas letras del universo.
Y cuando en la galaxia del triunfo,
tu perfume ilumina otra barca,
otro dedo apuntando la encrucijada de la historia,
nos reímos sobre el lóbulo de la arteria secreta.
La fiebre de tu trampolín emerge
desde la cima de la metamorfosis
ofreciendo la barca de tu fuerza oleando,
el azul ultramar que asciende fatídico,
canto del tributo, carne de las auroras del mañana.