La libertad no existe. Como muchos otros conceptos abstractos: amor, arte, justicia, entre otros, la libertad también es un constructo social, es una intersubjetividad más, como muchas otras que nos oprimen.
La libertad es un sustantivo mental que acompaña a muchos adjetivos abstractos: libertad de expresión, libertad de culto, entre otras libertades.Sin embargo lo que le da sentido a la libertad es la conciencia de los límites, e incluso cuando estos se ignoran es cuando más libertad se percibe. Pero no es así.
Por eso el sentido de libertad se logra recorriendo los límites o difuminándolos.
Está expansión de la frontera moral o económica es lo que consideramos ominosamente como libertad, peor cuando ensanchar la libertad implica la radicalización o el extremismo en cualquiera de sus manifestaciones, pues esa búsqueda de la libertad no es más que el pretexto a través del cual se impone nuestro concepto de libertad en los demás.
La libertad ante todo es individual, solo cuando estamos solos es cuando somos en verdad libres, por eso la libertad no existe, puesto que al compartirse queda anulada por la libertad del otro que siempre establecerá un límite y esta queda reducida a la medida de la libertad del otro.
Eso que llamamos libertad no es otra cosa que un conjunto de leyes, normas y reglas e incluso usos y costumbres que nos permiten convivir en “libertad” los unos con los otros. Así que nunca conoceremos a una persona libre pues si la conociéramos ya no sería libre ya que nuestra sola presencia le impondría límites a su libertad y entonces la perdería, ya no la tendría, y ¿para qué querría alguien vivir solo? Peor. Todos sabemos que el ser humano es social y colaborativo por lo que no puede vivir solo.
Por lo tanto el ser humano nunca ha sido libre y nunca lo será, por eso la libertad no existe, solo es una construcción social, un concepto que al definirlo se diluye y desaparece.