¿Guerra? ¿virus? ¿balaceras? ¿ejecuciones?
NUESTRA CASA ESTÁ SITIADA POR ÁNGELES, colinda con un amplio jardín edénico.
Hace tiempo cayó del nido una cría de chachalaca, la rescatamos
Era feliz en casa.
Se acurrucaba a dormir en la coyuntura de mi brazo izquierdo
A todos lados nos perseguía, incluso, aprendió a volar entre la sala y el pasillo
Ya de grande quiso remontarse a donde le concediera el arqueo de las alas.
A veces viene
Hemos escuchado a nuestra chachalaca en la punta de los árboles, llamándonos como trompeta bíblica
Una mariposa monarca nació en el patio
El capullo verde suspendió del tendedero por cerca de dos semanas
Vimos en familia el momento de apertura.
Qué maravilla
La belleza está en despertar, siempre, atestiguarlo tras haber velado con esmero el sueño de toda crisálida Estrella
Mis hijos lloraron cuando murió era una perrita chihuahua cabeza de manzana.
La atropellaron
Al enterrarla, sembramos encima un árbol
Está hermoso ahora, se logró, dará buen fruto
Cuando una de sus ramas aguante el peso de la chachalaca colgaremos el collar de Estrella
Después de toda muerte hay una paz fatigosa, armisticio de sopor
Cuando murió don José, mi abuelo, al día siguiente, sentí esa rara paz
Perturbaciones de semejante congoja letárgica, no quiero para mis hijos, pero vendrán está escrito
He escrito versos que no sé a dónde vayan es mi forma de hablarle a Dios, de la nada;
cuando salvo de lo efímero cualquier evento, en salud o enfermedades a Dios, de la nada, a Su belleza en la Tierra
Él responde cuando creo hallar el canto deseado.
Camino y me habla.
Este es mi rezo, mi ofrenda floral, oro así, me habla, me reconforta
Entonces, vivificado continúo hasta llegar a la sombra del próximo árbol el quiosco de un jardín, una banca, una simple banca o todos los confines donde me sea posible otro poco de serenidad
Un verso en tránsito, frágil, llegó de manera azarosa al aire me atajó mientras caminaba.
Lo tomé, vi sus formas
Alguien lo dañó, seguro buscaron desentrañarlo, escudriñar sus adentros abrirlo a la fuerza
Lo abracé, corrí a mi casa, les dije al llegar:
–Miren mis hijos, mira Judith, es un verso será nuestro de ahora en adelante
Compartieron el placer del hallazgo pero no se entusiasmaron demasiadono tanto como yo
Aunque saben, existe, creo sienten en el fondo que ese verso <le pertenece a papá no a nosotros>.
Yo quisiera mayor afinidad apropiación de parte suya
Con agua, un viejo cepillo de dientes y algo de jabón líquido lo de puro de costras.
En la corteza limpia veo imágeneseclosionar.
No sé de qué bestiario habrá escapado
Por lo pronto, me persigue, va detrás
Sube a mi pie, con un aire de supremacía, aparenta decir <tú me perteneces a mí no al revés>.
Es bastante territorial.
Solos, bastante solos también llegaron dos versos más.
Mi verso primigenio sintió rivalidad celos, temor por el desplazamiento, mordía a los versos nuevos me di cuenta, perdieron palabras
Parecen haber conciliado diferencias
Espero tenerlos por muchos años comparten la longevidad de las tortugas, e hibernan, resurgen en fusiónse desplaza mi poema
precavido, al estar cerca, enclaustra de golpe en un siseo
[porque el instinto hereditario de cientos de años le ha enseñado que debe hermetizar de inmediato ante cualquier peligro]
Ouroboros
El lagarto armadillo, ouroborus cataphractus vieron mis hijos en
Animal Planet enrosca, enclaustra, confinamimetiza cabeza y cola, principio y fin
Mi poema ha crecido, mide casi un centenar de versos que cuido de no aplastar.
Aplaudo, exclamo, hago ruidos, he notado, requiere de cercanía; si he de llamarlo a comer debo estar cerca.
A buena distancia levanta el cuello; abre los ojos, dos grandes ventanas
–Sabe quién lo alimenta
-dijo una persona
– por eso te sigue
No.
A mí me parece errónea su apreciación de dependencia básica
Lo nuestro es más
El aglutinamiento de versos transfigura impasible crece universal rompe el claustro a donde no tengo idea ni me es imperativo tenerla, me rodea.
NUESTRA CASA ESTÁ SITIADA POR ÁNGELES