Poema 18 por Hernán Tenorio

Poema 18

Pronto vi en la sed un naranjo aniquilado. Intuí sin temor la vergüenza, para no quedar desprevenido. Hoy ha amanecido en gris de luto. Torpe correlato del olvido, la piedra que emula el corazón. Sentencias. El libro sagrado de los sueños me muestra el acantilado de un mar de muerte y el silencio arrebata la infamia del acontecer. Tardío el sol infinito, la cabeza de la esfinge, mis promesas incompletas. Todos los seres se nutren del engaño en adormideras del miedo libre, y luego se aferran, ciegos, a la conciencia, para dormir tranquilos y despertar sonriendo por algo…


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