El calor la libera de su alfombra blanca,
Enfurecida se precipita veloz contra las hojas,
contra la tierra,
contra el zinc…
Como muchas veces en su rutina.
Se refugia en los pétalos de una rosa
Entonces es cascada, vendaval, océano, niebla y rocío.
Formando las
lágrimas de los guerreros, el sudor de los amantes.
Siempre la misma gota, siempre el mismo sol.
Purificada en neblina, humo de leña verde, nube furiosa, aliento de páramo , hilo de plata.
La sed conque el otro bebe.
Tormenta en el vaso…
Diluvio de mi alma…
Agua de tu boca.