¿Quién es ella? Poema cocinado a la Burgos

Tú te rizas el pelo y te pintas; yo no;
a mí me riza el viento; a mí me pinta el sol.

Julia de Burgos


Estás conmigo y yo contigo
la niña y la Diosa conversan
la niña juega y se atreve a ser feliz
la Diosa canta y escribe versos sin fin.

Esta soy yo, esta eres tú
¿Quién es ella
la que se enoja y grita
la que estrella los platos contra los muros,
la que camina a prisa con la mirada perdida?

La niña camina tranquila, se ríe con el sol
le acaricia la piel, la Diosa no camina,
f l o t a
y cuando pasa cerca de las flores,
una se posa en su cabello.
Las dos tienen un rojo corazón en medio del pecho
Que late al ritmo del huhuetl y el teponaztle.



Pero aquella mujer tiene en el pecho un hueco

eco desfasado del ritmo de la vida,
No canta, no juega, no sabe reír.


Aquí somos tres
cuando podríamos ser
dos

uno

cero




Y esta mujer ¿qué tiene de sagrado?
RAbia
CORaje
MIEDo
CULPAS

Madre en eterna lucha

no respira
se ahoga
no sabe
t r a n s i t a r

cieno de la adolescencia


Se la come la preocupación, el dinero, el dinero
la máscara humana, pesada, pesada.
se desvanece cuando baila y canta,
se
d
e
r
r
i
t
e
FUEGO ritual del vientre temazcal

La que goza es La Diosa, la que crea su mundo entre aceites, velas, incienso
la que acaricia el alma, la que viene a jugar desde las estrellas, esa niña,
la de ojitos brillantes y frescos, cuando el niño duerme ella salta entre letras
toma una de aquí, otra de allá, construye su castillo de papel, con trocitos de tiempo
quiere escribir un libro o dos o tres y crear y crear y crecer y crecer
con este ritmo de palabras rapeadas, flechas certeras, cazadora de poemas,
con tinta luminiscente forma constelaciones en el cielo de su cuarto.

Ella quiere escribir, crear, no tener trastes ni ropa que lavar,
que el pequeño duerma un poco más, pero se ha despertado,
la vida la reclama, a veces ella es un muerto, un Lázaro, que no se quiere levantar.





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