Quitar telarañas por Armando Polanco

Quitar telarañas

Me levanto a lavarme los dientes, la cara, me quito lagañas de los ojos. Todos los días reviso el buzón. Todos los días el amanecer son pájaros sobre tinacos, el mango, los alambres de luz. Todas las mañanas el café ilumina nuevos pensamientos.

Camino a la tienda el sol quema mis ansias, llego, saludo, no responde, la mujer no deja de mirar una película española en una pantalla chica ubicada arriba del estante de los kilos de azúcar, frijol, arroz, piloncillo, latas y bolsas de tostadas, yo solo voy por unos cuantos jitomates, una cebolla, una cabeza de ajo, una cocacola para mi austera comida del día.

Las horas muertas sentado en el sillón pensando si leer, escribir, quitar telarañas o que sigan muriendo mis plantas por falta de agua. Sorbo mi café y me pregunto si sigo enamorado de la ausencia, del olvido, un suspiro entre cortado no me indica la circunstancia, pienso que no estoy viviendo lo suficiente, planeo entonces ofrecer mis artes amatorias sin tantos adjetivos al primero que responda mi mirada concupiscente en estas calles desoladas, frías de miedo.

Cabeceo luego de comer sobre esta vieja mesa de madera comprada en un bazar. A ratos tengo ideas de escribir párrafos de inanición sacados a fuerza de realismo patético con instantáneas de felicidad, o escribir un laberinto de cosas en un plano doble.

También quiero decir que sigo aquí frente al blanco cuadro simulando una hoja, frente a esta pantalla.Armando Polanco.


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