Empecé a amarla con amor de novicia abnegada
más enajenado que mi padre con su auto nuevo
olvidando la infancia que quería vengar
dedicando tiempo y espacio a su futuro mío
la miré una noche de luz por el cerrojo de mis recuerdos
con su vestido de provinciana y aves migratorias a su alrededor
la encontré fumando con mamá en la pileta del patio
pidiendo consejos para cocinar una iguana biliosa
las recetas de la vida son tan complicadas decía mi abuela
la misma que se asustó cuando nací y no lloré
me golpeó y no lloré
me echó humo de cigarro y no lloré
hasta que dejó de intentarlo comencé a llorar
entonces pudo morir sabiendo que vivía
soy la sal de la receta de iguana
parte de la lista de ingredientes de la provinciana
que ha olvidado el helado de limón en las tardes en
que paseábamos por la plaza central de nuestro amor
pide desarmadores no tornillos
pide llaves 3 ¼ no tuercas
más empeñada que el tío Arturo en reparar su Datsun ’78
la dejaré ir montada en aves migratorias
con la receta de mamá entre las pupilas
las llaves y desarmadores encajonados en el corazón
y con mi queriendo querer quererla en su desamor