Me dicen que la guerra es sólo un error,
pero la sangre se vende como un show.
En Gaza el grito se ahoga en el horror,
y el silencio vale más que todo el dolor.
Ellos juegan a ser dioses con mis sueños,
pero soy yo quien paga el precio real.
Me enseñan a callar, a olvidar mis dueños,
mientras mueren niños bajo el sol infernal.
Lo llaman conflicto, pero es puro teatro,
el teatro de unos pocos que nunca ven.
La vida aquí no vale más que un trato,
y ellos dan órdenes, yo solo soy quien ven.
Nos repiten que todo es culpa de “el otro”,
pero el poder se ríe desde lo alto, ¿quién es el tonto?
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