Él camina por el planeta en llamas,
mientras la tierra grita en su agonía.
Le hablan de futuro, de mil trampas,
pero él sigue creyendo en la fantasía.
El hielo se derrite, el mar se enfurece,
y él, indiferente, ajusta su corbata.
El aire ya no es aire, se adueña de él el estrés,
pero aún compra coches, sin importar la plata.
Lo llaman progreso, lo llaman avance,
mientras el sol arde más que nunca antes.
Pero él no ve el cambio, solo la chance
de seguir bailando mientras el planeta se ahoga en un instante.
Y el mundo se quema, pero él sigue aquí,
como si todo fuera un juego sin fin.
Me gusta mucho. Yo modificaría el verso que dice “se adueña de él el estrés” Creo que “de él el” rompe la cadencia.