5
5 Votos

Charmless Man

Había llegado a mí con el ánimo acordonado a su pecho intranquilo. Entre cada agitación, no podía escuchar con claridad la intención de su llegada ni mucho menos la de su propuesta. Se deshacía en intermitencias para dentellar el aire con bocanadas rítmicas y súbitas de pronto. Yo no me convertí en mecenas de la noche a la mañana. Pero esa noche, supe que mi labor no había estado siendo lo que debía. Horacio, mi gran danés, mantenía la calma junto a mí. Aquel hombre se desmembraba en balbuceos. Nosotros solo contemplábamos, en medio de la confusa advertencia entre saber si ayudar o no. Todo era gris. La lluvia arreció en cuanto quiso pronunciar su nombre. Antes de que intentara hacerlo, se le cayó el paquete que llevaba. Un orangután tallado en alabastro. La placa de Borneo y unos cuantos peniques. No quise juntarlos. Su desesperado actuar me resultó aún más misterioso y decidí alejarme lentamente hasta sentir la aldaba de mi departamento.

 

No hizo por recoger nada. Inmediatamente sacó el arma y me apuntó con la mira, trastabillando entre mi vientre y mi corazón. Horacio comenzó a ladrarle. Hice el ademán para que dejase de hacerlo e intentar no precipitar al hombre. Había escondido mi colección en las diferentes locaciones del Reino Unido. Nadie sabía dónde ni como podía completarla. Siempre he mantenido perfil bajo. A veces quisiera esconderlas de mí mismo e irme lejos. Delegar el arte a mis sobrinos. Que se hicieran cargo del pago a los artistas. Tal vez era mi oportunidad. Pero aún me hacía falta aquel orangután. Y si te vas a despedir, tienes que despedirte desde lo más alto. Esa siempre ha sido mi consigna.

 

Te tardaste mucho. Dije sin pensarlo tanto. Solté la correa y Horacio hizo lo suyo. Tomé la figurilla con un paño y la puse en mi bolsillo. Los ancestros de Borneo a la altura de mi pecho. Horacio nunca fue agresivo, solo cuando tenía que serlo. Y no me defraudó. Los tiros mal logrados de aquel hombre se perdían entre los gritos y la increpante lluvia. Adiós, Horacio. No pude llevarte conmigo. Supongo que de eso se trata. No hay obra de arte sin una despedida.


¿Lo recomiendas? Vota ⬆️ Sí o No ⬇️

5
5 Votos

¿Cuál es tu reacción para esta lectura?

Profundo Profundo
0
Profundo
Impactante Impactante
2
Impactante
Genial Genial
0
Genial
Original Original
2
Original