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Al momento de casarse con Agripina la menor, en el año 49 D.d.C. el emperador Tiberio Claudio César Augusto Germánico, conocido solo como Claudio, selló una alianza estratégica para consolidar el poder de Roma en Germania.
Julia Agripina, hija del general romano, Germanico, radicado en lo que ahora es la ciudad de Colonia en Alemania, quedó viuda del cónsul Gneo Domicio Enobarbo, Consul de la provincia de África.
La prioridad de Claudio fue expander a Roma en todas las direcciones posibles.
Un año después de la muerte de Mesalina; Agripina, simpática, con un bronceado de “Guardianes de la bahía”, arreció su campaña de tirarle los perros al emperador al que ya le tenía echado el ojo, pues eran amigachos, se encontraba en el Club de Leones, en los aeropuertos, en los centros comerciales, en el carnaval de Barranquilla y en la ferias de Barichara.
Claudio apenas quedó viudo; le picó el ojo, dos piquitos y a la cama.
Pero la joven viuda venía contramarcada con un muchachito de mostrar: Nada menos que Nerón.
También conspiradora, no fue promiscua… Bueno, a ratitos, por ahí le pegaba a uno que otro peluche, pero era selectiva y no se bajaba de Viceministro.
Agripina fue la que le pidió matrimonio.
Claudio aceptó y de paso adoptó a Neroncito y lo crio como su hijo, también con él propósito de sellar una alianza definitiva con lo que hoy es Alemania.
Como toda escoba nueva que barre bien, la Agripina recién casada, hacía la tarea, y pasaba al tablero… Calladita y
Recatada no gritaba, pero botaba un lágrimón con cada orgasmo.
¡Aaay!…Resultó ser sapa, re-sapa, todo lo escuchaba, todo lo averiguaba, pero no era chismosa; se guardaba todo lo que averiguaba en las conversaciones jugando cartas en el club del Comercio con las amigas, en los bailes del Chocobingo estaba pendiente de quién miraba a quién, en las entrega de los Oscares vivía pendiente de quién se divorciaba.
Calculadora y conspiradora, se rumora que fue la instigadora de la muerte de
Británico, hijo de Claudio con la difunta Mesalina y legítimo heredero al trono un día antes de que el niño fuera a cumplir 14 años.
Muchas fueron las versiones alrededor de la muerte del muchacho… Que se resbaló en una cáscara de banano, que tenía un soplo en el corazón etc.
Ella se sacó en limpio diciendo que ese día estaba jugando tenis con unas amigas.
Pero era un secreto a voces que Agripina; su madrastra, lo había envenenado con agua de calzón sin cambiar en una semana de una cocinera turca, revuelta con Maranguango. (Esta es la versión que sostiene el historiador Flácido Falo, tutor de Británico)
No se pudo determinar la muerte del niño porque en ese tiempo no se conocía la “Pecueca gástrica”. Dando un breve salto en el tiempo,
Neron, cuando heredó el trono a la muerte de su padre adoptivo, se dio cuenta de la clase de mama que tenía…
Se lo pasaba todo el día detrás de Él jodiéndole la vida…
– ‘Camine derecho m’ijo’, ‘No hable con la boca llena’, El mantel no es para sonarse los mocos; use servilleta…’
Y de ahí para allá no lo desamparaba ni a sol ni a sombra.
Se metía al senado haciéndose la que sacudía, barría y trapeaba para escuchar las reformas, cuando Nerón llevaba a una amiguita, le mandaba condones por debajo de la puerta, y esperaba a las muchachas a la salida con un perro Doberman.
Si el emperador se paraba a orinar a las 4:30 de la mañana, al volver encontraba la cama tendida, el desayuno listo y el periódico al lado del pan y el café.
Luego cuando se sentaba a despachar,
Ella entraba con la aspiradora prendida para no dejarlo oir las noticias.
El pobre Neron ya estaba mamado, las cosas se complicaron cuando puso cámaras y micrófonos en el cuarto para ver con quién se acostaba, chuzó los teléfonos y para colmo le he revisaba el WhatsApp,
leía sus cartas y le falsificaba la firma para subirle a la gasolina y al ACPM.
por último la mamá se le Enmozó con un tal Pallas, y andaba con Él para arriba y para abajo que dizque de secretario, y para colmo los miércoles se iba sola de viaje dizque para la finca y le contaron que andaba con un tal Aniceto, un marinero de esos que tienen embarcación con palo mayor.
Ya la señora caminaba como si fuera la presidenta, y montaba en helicóptero hasta para ir a la esquina.
Nerón decidió
envenenarla, pero Agripina ya estaba envenenada, metía marihuana en el techo todas las noches con los de la cuadra de atrás.
El emperador estaba frustrado, no sabía cómo matar esa vieja y entonces en un intento de esos, le puso bolitas de naftalina en vez de azúcar en el chocolate, la madre se dio cuenta que el hijo le quería matar y como estaban de moda los brutos en Roma, su progenitora le reclamó;
¿Usted también me salió bruto? Cómo me va a matar m’ijo, si yo soy su mamá!
Pero el tipo era un desmadrado por naturaleza, y haciendo pucheros le dijo: -Mentiras mami, esos son chismes del Bienestar Familiar. Hagamos una cosa, para que se relaje, váyase una semana para la isla de Capri, yo le pago el hotel, los pasajes, lleve a sus amigos y hasta pueden usar el minibar. Agripina se fue con su esclava en el primer yate y llegaron a la isla. La recibieron con Papayera y el carro de bomberos.
En el hotel, estaban Amparo Grisales, Juan gabriel Raphael, Virginia Vallejo y todas las amigas del grupo de la hacienda Nápoles. Se presentaba Claudia de Colombia, Celia Cruz y la Sonora Matancera. fue una semana inolvidable, también se presentó Jessi Uribe…
¡Repítelo! Fue una semana inolvidable.
Ya de vuelta, no había vuelta atrás.
Su hijo Nerón llevó a cabo su macabro plan. Agripina y su esclava se devolvieron en barco. A 35 millas náuticas de la costa; de noche, todos los marineros y tripulantes dejaron de remar, se subieron a los botes, le abrieron un hueco al casco para que el barco se hundiera y así matar a la cucha. Agripina y su criada se despertaron con la humedad, salieron y a medida que el barco se hundía trepaban por el mástil y estuvieron secas hasta que el barquito se hundió. Era que no querían mojarse el pelo porque se les dañaban las trencitas que les habían hecho en la playa. Les tocó tirarse al agua.
Agripina como toda la vida fue socia del club Campestre, empezó a nadar de pecho, espalda, mariposa y libre.
La esclava; que apenas chapaleaba, vio el barco de los cómplices del emperador y pensando que la iban a salvar les gritó:
-¡Sálvenme, Yo soy Agripina, Yo soy agripina!
Los del barco se acercaron y la encendieron a remo, le dieron como a rata en un balde hasta que la muchacha se ahogó.
Agripina por su parte nadaba y descansaba, hasta que un barco pesquero Japonés la rescató. (Es que esos japoneses pescan donde les da la gana)
Agripina mandó un telegrama a la casa diciendo:

“rescatome
barco punto pescadores queridos punto pagué con
credi-cuerpo punto llego pasado mañana punto todavía debo dos cuotas punto salgo bus de las 6 bus desde Baiae punto”

-Telecom une a los colombianos-

Baiae es un centro turístico en la costa de Nápoles a donde la dejaron los del barco, a duras penas podía caminar (es que habia nadado mucho) los 27 marineros la despidieron tristes.
El emperador se hizo el loco, nadie la esperaba en el terminal.
Cuando Agripina llegó, tuvo que pedirle a Pallas; su secretario, plata para el taxi.
Neron le mandó decir que se cambiara y bajara por un sándwich, que hablaban en la salita del televisor.
Pero era para hacerle la emboscada…
Mandó a unos sicarios de la oficina de la Terraza;
-Para que me salgan de esa señora de frente.
los tres tipos entraron al cuarto de Agripina; que estaba en toalla, recién salida de la ducha… Apenas vio los cuchillos, dejó caer la toalla y les dijo: Bueno, si me van a matar que sea por el vientre donde tuve a esa Coscorria Pichurria desagradecida de m’ijo por 9 meses dándome patadas.
Para calmar el posible escándalo de la muerte de la emperatriz, la revista de esa semana, sacó un reportaje, anunciando la muerte de la ilustre dama, “Tras transitar por una Penosa enfermedad”.

Ninguna otra mujer, como este par; Mesalina y Agripina; ambas emperatrices de Roma, dieron tanto de qué hablar.
Detrás de las túnicas de los políticos de aquella época, y de los pantalones de los políticos actuales siempre habrá una mujer con atributos, o una fea con billetera, manejando los hilos, del poder.
Mientras tanto Roma, con sus aguerridos y gallardos guerreros conquistó por fin a Britania después de dos intentos casi 100 años atrás, y mantuvo una hegemonía de 367 años, hasta que su decadencia la hizo ascender al cadalso de su perdición.

 


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Jorge Mario Yepes Velázquez
Escribe con un estilo muy impropio, rebelde e irreverente. Salta del dramatismo al humor con la misma facilidad que la humanidad salta de la cordura a la locura. Odia los moldes de la literatura convencional y llena de formalismos en la que los autores escriben aburridamente perfecto.