Breve

Surgió así de breve, vino desde años remotos, desde lo olvidado para erigirse en esta aparición, prófugo de certezas.

Las cosas estaban en su lugar, ni era de día ni de noche, ni sé dónde ni cuándo, de pronto me vi envuelto en palabras que rebotaban de sus labios y caían en mis labios de juventud primera.

Mi alma se volvía a acomodar mientras me hablaba.

Poseíamos naturaleza incontrolable, como aire que da vida.

Mis ojos hurgaban todos los aspectos, todo cuanto había en ese cuadro y los dedos de mis manos buscando asirlo.

Aferrado contra el vaivén de otros pensamientos, mantuve el resuello y así me estuve, pasando de una alegría a otra. Esto es magia, pensé.

Dos potencias de la naturaleza descubrí, su belleza e inteligencia insinuantes, y a pausas mustias miraba su grandeza atónita domando voluntad.

Entonces mi alma se desprendió de mi cuerpo y morí lentamente, abandonándolo, yéndome a otro límite.

Él ya había huido con el sueño.


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