Del insomnio suena la alarma acompañada del rugido de tigre
que se cree mi gato antes del amanecer.
El sol no ha podido levantar su alma sobre esta tierra cada vez más seca
la luna se encorva con los ojos abiertos sin poder dormir por culpa del ruido intermitente]
de otros satélites artificiales.
La vecina pedirá la música a su bocina inteligente
cantará con los cláxones y los gritos de la gente apresurada
como coro
se levantarán los ladridos de los perros con el esmog
rechinará el plástico de los zapatos en la tierra
y a veces escucharé, más lejos que cerca
el gorgojeo de las palomas de plumas rotas
los petirrojos extraviados en el bosque de postes de luz
canario perdido que nació en Brasil y despertó en México.
Solo cuando este ruido que es ciudad se calle
y escuche esa orquesta de lamentos
que se va apagando
podré descansar.