0
  • *EL PRIMER BISTURÍ*

    El *Nies* más celebre se conoció en los años 1600…
    Estaba en el centro de gravedad de Luis XIV. Llamado ‘El rey Sol”. irónicamente en la parte donde no le entraba el apodo, en la parte donde no lo alumbraba el rayo.

    Ya es hora de que la Real academia española de la lengua reconozca la palabreja… Por lo menos como sinónimo del Perineo, aunque el término suene feo ofende menos las orejas.
    Esa área del cuerpo es
    “La tierra de nadie” el alias acuñado al espacio que hay entre el asterisco y la trinchera que le sigue, en las mujeres y en los hombres, el espacio que hay entre el asterisco y el equipo de billar (el taco y las bolas)…
    Porque *”Nies”* lo uno *”Nies”* lo otro. Es el espacio más controvertido del cuerpo.

    Al pobre rey Luis, se le acomodó una Fístula en aquel paraje y el infeliz monarca lloraba cuando en la letrina; de su intestino le salía un viaje, no podía caminar, no se podía sentar, no se podía parar, y en su caballo se acomodaba como las señoras, se acomodan en una Motoneta…de ladito, para no exponer la horqueta por las
    vainas del pudor.
    Luis sentía como si tuviera un tercer huevo sepultado bajo la piel de aquél Sendero.

    Una legión de médicos reales atendía al Monarca, le colocaban pañitos de agua caliente, emplastos de hierbas de China, cremas, y ungüentos de la India, y hasta aceite de cola de rana de Castilla.

    Luis Dieudonne Borbon tenía una personalidad recia, pero una infección encapsulada en la mitad de las piernas acaba hasta con el carácter más fuerte.
    No pudo más. Aquella protuberancia crecía, como su angustia, gritaba y maldecía, porque sentarse no podía, a ver los partidos de la champion donde jugaba Luis Díaz. ¡Sáquenme esta vaina! Gritaba.

    el 13 de noviembre de 1686 El “Barbero” , (Como llamaban a los cirujanos despectivamente en aquel tiempo en que la cirugía solo se hacía para hacer amputaciones y cortes menores en qué había que afeitar primero). Charles François Felix después de un par de meses de ensayo operando a condenados e indigentes, (mató a más de 70 desgraciados que fueron enterrados siempre al alba), desarrolló un bisturí de plata curvo.
    Luis XIV se acostó boca abajo con cojines en la ingle para levantar su asterisco exponiendo aquella miseria donde nunca le habían entrado ni el agua ni brisa.
    Con el ojo al aire y a la altura precisa,
    el barbero introdujo un dilatador anal convirtiendo aquel asterisco en una O mayúscula. El operario duró 3 horas cortando y limpiando con vinagre hasta sacar lo que a su alcance pudo.
    Al cabo de unos días el monarca volvió a montar a caballo y se podía sentar en su sillón Reclinomatic® a ver “Pasión de Gavilanes”.
    La corte celebró, hubo baile y asado.
    El cirujano se volvió famoso y le dieron casa en Barichara, título nobiliario y una pensión en €uros.
    Hasta ahí se conoce la historia como cuando cuentan la de Caperucita Roja…
    Lo que se descubrió más tarde en los archivos después de 200 años, es que Luis XIV recayó por la misma infección más interna y profunda, tan invasiva y devastadora que su dedo gordo se cayó mientras un sirviente le cambiaban las medias. El pobre hombre se pudrió en vida acostado en su cama.
    El palacio real olía al aliento de un gorila mueco.
    Como fuera que terminara la historia, aparentemente la operación de Félix, fue la primera intervención quirúrgica y el primer uso con “éxito” de un instrumento de corte en la historia de la medicina.

    jm


¿Lo recomiendas? Vota ⬆️ Sí o No ⬇️

0

¿Cuál es tu reacción para esta lectura?

Profundo Profundo
0
Profundo
Impactante Impactante
0
Impactante
Genial Genial
0
Genial
Original Original
0
Original
Jorge Mario Yepes Velázquez
Escribe con un estilo muy impropio, rebelde e irreverente. Salta del dramatismo al humor con la misma facilidad que la humanidad salta de la cordura a la locura. Odia los moldes de la literatura convencional y llena de formalismos en la que los autores escriben aburridamente perfecto.