Si el insecto no sueña con ser árbol
aunque jueguen sus patas a ser ramas
y la flor no anhela ser estrella
aunque en sus pétalos brille el rocío de la mañana.
*
¿Entonces…por qué yo no me conformo
con el sentir de la miseria humana?
¿Por qué grita mi entraña y se rebela
ante la débil obra de mi alma?
*
¿Por qué mi voz no duerme, sosegada
en la caverna gris de mi garganta?
*
Si el ave no imagina hacerse nube
aunque el cielo surque cada madrugada.
Ni la bruma se esfuerza en ser tormenta
para azotar la roca en la montaña.
*
¿Por qué entonces no puedo ser paciente
ni esperar, cual polluelo bajo el ala
y dejar que la vida en sus vaivenes
tome el timón y el rumbo de mi barca?
*
¿Por qué busco por fuerza inclinar la balanza,
si me formaron del polvo, a semejanza?
*
¿Por qué me vuelvo sorda y testaruda
y en cruda negación no entiendo nada?
¡Señor, regálame una gota de cordura
para aplacar la sed que me desangra!
*
De tu vino no soy siquiera uva;
de tu pan soy solo una migaja.
*
No escondo a tu mirada mis anhelos;
Tú conoces mis sueños y mis faltas.
¿Podré escuchar la voz de mi conciencia?
¿Sostendrás mi débil pie sobre tus palmas?
*
¡Crueles Interrogantes que viven al acecho,
que hacen de mi existencia un campo de batalla!