Si tú me olvidas
conversaré contigo
y pediré un consejo.
Te contaré del árbol primavera,
de aquellas plantas que del jardín te traje hasta mi ensueño.
Revisaremos fotos:
pálido sepia que se asfixió en suspiros.
Si no te acuerdas del sonido de mis palabras
te prestaré mi nombre
para que escuches en sus vocales el himno sabio de mis ancestros.
Y cuando mires que ya mis ojos no son eco de nuestros días,
daré mis lágrimas a tu confianza
para que vuelvas
a darme vida
y digas a mi sonrisa lo que te gusta
lo que sí quieres:
que ya soy tuyo.